jueves, 16 de octubre de 2008

Acuérdate de Acapulco María bonita, María madreada...


con muchos besos curativos, muchos besos ñoños de mazapán y toda la buena vibra, todo va a estar bien, ANIMO!!!”
Era julio, creo que del 2003, y estábamos mis papás, hermano y yo en Acapulco, un viaje que hicimos para festejar el cumple de mi mamá. Llegamos un día antes, era jueves, temprano nos instalamos en la suite del hotel, salimos a almorzar algo, y de ahí mis papás y yo a la playa, mi hermano prefería la alberca, y como no es nada sociable, conoció a una señora que viajaba con sus nietas, con la que platicó todo el día, él se había quedado de ver con una amiga de la secundaria que, casualmente, también andaba por allá, así que cuando llegó la hora, como él no traía reloj, me paré a avisarle, y mientras me ponía las sandalias, aaaaaaaahhhh! santo chingadazo que me acomodé en el pie izquierdo con la pata del camastro, solo murmuré "ay wey!" pero seguí como si nada hubiera pasado hasta que llegué a donde estaba mi hermano y le dije que ya era la hora. Pues se fue y me endosó a su señora amiga, quien por cierto parecía que estaba haciendo la tarea del curso de oratoria, y la boca no le paraba, la señora era pedagoga y mi hermano le había comentado que yo estaba en ese momento estudiando precisamente pedagogía, así que bueno... después de 45 minutos mi mamá me fue a buscar, mientras la parlanchina y yo seguíamos en un puentecito arriba de la alberca, paradas, y yo que cada vez me dolía más el pie. Pues finalmente mi madre me rescató, regresamos a la playa, me senté nuevamente en el camastro y cuando subí los pies, ya era mucha mi curiosidad de ver qué me había pasado: NOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!! el dedo medio del pie tan hinchado y morado que parecía que estaba disfrazado de uva, además de haber sido alimentado con clembuterol.

yo: mamá, mamaaaá ve mi dedoooo
amá: ay hijita, que te pasó?
yo: amá pos cuando me paré para ir con mi hermano acuérdate que me pegué
amá: híjole.... a ver... muévelo
yo: -_- ................................ no pueeeeeeeedooooooo!!!!!
amá: Joseeeeé, amonos a llevar a esta babosa al hospital que creo que se fracturó un dedo del pie.

(José es mi apá, quien, por cierto he notado que cuando no tiene algo agradable que decir, mejor no abre la boca… en fin)

Yo medio iba, cojeando, nos dijeron en la recepción del hotel que por ahí cerca sólo había un hospital, que era medio chafón y carísimo así que nos recomendaban que fuéramos al segundo más cercano que era uno del IMSS y la atención era buena, efectivamente, al menos mucho mejor que en el DF. Me tomaron tres radiografías y el doctor me dijo que afortunadamente no me había fracturado, así que no habría necesidad de inmovilizarlo pero que tratara de mantenerlo alejado del sol y del calor... mmm o sea que ¿tendría que usar una hielera en vez de zapato mientras estuviera en... Acapulco?

Salimos del hospital y moríamos de hambre, como era jueves y allá se acostumbra el "jueves pozolero" fuimos a un restaurante al que solíamos ir siempre que estábamos en Acapulco, digo solíamos porque lo vendieron, cambiaron muchas cosas y nos dejó de gustar, era un lugar sencillísimo, a unos metros de la playa con un jardín en la entrada que tenía muchas flores y plantas, en la pared que dividía la cocina del restaurante había una pintura de la bahía, no era precisamente "el" mural, pero le daba un toque bastante peculiar al lugar, junto a la puerta de entrada había un tambo lleno de cocos, en la orilla del jardín había hamacas agarradas de los troncos de las palmeras, en las que normalmente se podía ver a Don José, el dueño del lugar, por lo general con una chela a un lado en el suelo, y quien siempre que llegábamos se levantaba a recibirnos, nos trataban muy bien, además de que el sazón de la cocinera era muuuy bueno, y tampoco olvido al gato que se paseaba por debajo de las mesas buscando el par de pies más cómodo en donde después se echaría a dormir. Ahí nos encontramos con mi hermano quien cuando me vio y supo la historia no dejaba de reírse y de decirme que "solo a mí me podía pasar eso" además… “un dedo?... uuuuun miserable dedooo?... el dedo medioooo?”. Después de cenar, regresamos al hotel, nos sentamos un rato cerca de la alberca a echar un cigarro y nos fuimos a dormir.

Yo no sé si el pozole estaba en mal estado, pero sólo el mío, o me hizo reacción con las pastillas que me recetó el doctor, pero fue una reacción muy muy muy mala, y esa noche no dormí, la pasé encerrada en el baño, hasta se me olvidó el dolor del pie.

Al día siguiente nos levantamos, felicitamos a mi amá, y fuimos a desayunar pero yo ya en verdad tenía miedo de comer cualquier cosa, incluso un simple té. Casualmente como al medio día me sentí muy bien, excepto por el dedo que seguía hinchadísimo y lo tenía envuelto en un trapo con hielos. Por la tarde fuimos a comer a un lugar que nos habían recomendado, bastante malo por cierto, tan malo que la sopa tenía como mini gusanos, entonces el miedo a comer regresó y no comí, así que estuve con la panza de farol hasta la noche, que decidimos ir otra vez al mismo lugar que el día anterior, y ya que solo a mi me había hecho daño llegamos a la conclusión de que no fue culpa de la comida.

Después de haber pedido lo que íbamos a cenar, se acercó don José a platicar, y mi papá le contó que era cumpleaños de mi mamá, entonces la felicitó, platicó unos minutos más, se levantó de la silla y se metió a la cocina. Unos momentos después empezamos a oír las tradicionales "Mañanitas" cantadas por el mariachi "X" mientras salía don José con una botella de mezcal, y atrás de él su esposa con un plato de hueva de lisa, que a mi mamá le encanta, atrás una de las meseras con no recuerdo que otra botana y atrás un mesero con... no sé... algo más. Rápidamente don José sirvió el mezcal en unas copas que nunca vi de donde salieron, terminó el mariachi y se levantó y pidió a toda la gente que estaba ahí un aplauso para mi madre porque era su cumpleaños, ¡qué detalle!. De ahí de nuevo al hotel.

El sábado, yo veía que mi hermano traía una actitud un poco fiestera, algo nada raro en él, transcurrió todo el día sin ningún problema hasta la noche, que en uno de los restaurantes del hotel había una presentación de un supuesto imitador de Adal Ramones, o sea discúlpeme pero Adal no se me hace tan bueno como para que todavía tenga un imitador o sea ¿un imitador de Adal Ramones? ¿no es como decir, tengo un callo en el callo? en fin, el tipo estaba ahí, haciendo un “concurso” en el que había elegido a una chica quien tendría que elegir a 3 chicos de entre el vasto público que disfrutaba del show, los chicos tendrían que hacer abdominales, lagartijas, sentadillas y no sé cuánta madre para que la chica pudiera elegir a uno de ellos y ambos ganar un premio, que hasta ese momento no había dicho cuál era, pues entre los tres seleccionados, estaba mi hermano, que en esa época tendría más o menos 18 años, y que gana el wey… y llegó el momento en que el copycat tendría que decir cuál era el gran premio para la puberta pareja:

“LOS GANADORES ESTAN INVITADOS A MI SIGUIENTE PRESENTACION QUE ES EN APROXIMADAMENTE 30 MINUTOS EN UN BAR CERCA DE AQUÍ, ASI QUE YA VAMONOS!!!”

Hijodesurechingadamadre, en serio que premiezazo!!!!!!!!!!!”

O sea el simulacrodeadal, acababa prácticamente de rifar a la chava, entre un trío de completos desconocidos, y no contaba con que la lagartona era menor de edad… tenía 14 años… aunque se veía mayor que yo, sus papás sentados ahí frente al escenario el papá con una cara de encabronamiento que no podía con ella y la mamá decía “no, mi hija es una niña decente y no va a ese tipo de lugares”, mientras adalregion4 casi les suplicaba que la dejaran ir, que estaría a salvo, que el llevaría y regresaría hasta el hotel al par de chavillos, mientras yo sentada por ahí cerca, disfrutando de la bizarra escena, me parecía que era momento de retirarme, cuando en eso volteó la flamante mamá de la exuberante ganadora y dijo:

“bueno, puede ir solo si va la hermanita del ganador” o sease yo…

Y le dije “muchísimas gracias señora pero yo la verdad paso”

Así que huí vilmente, tan rápido como el dolor del pie me lo permitió, logré escabullirme pero solo unos minutos, en el momento de entrar en la habitación el teléfono estaba sonando y conteste:

apá: andale hijita ya baja que te están esperando
yo: JA! No pa como crees, yo no tengo ni ganas de ir, además o sea, me duele harto el íe, que se vayan ellos
apá: ok, entonces les digo que en 5 minutos bajas

… y colgó…

O sea, la idea de mi papá era que “yo saliera un rato a divertirme también” uy si, que divertido…, bueno al menos iban a dejar a la chavita ir y mi hermano ya tendría party como lo había querido todo el día.

En fin… bajé y les dije “en 2 horas máximo estamos de regreso please” la mamá afligida me decía “gracias m’ijita, te encargo mucho a mi niña”

Al terminar el “show” de adaldoblementeloser que por cierto la vez anterior yo no había podido disfrutar sus monólogos 100% pirateados, la música comenzó y después de mucho bailar y bailar, los demás porque a mi me dolía el pie, de repente busqué a los chamacos y mi hermano estaba bailando con otra chava que no era con la que iba, y la otra morra se estaba besando con el imitador de adal, claro! en ese momento todo tomó sentido!

Así que le hice una seña a mi hermano que él interpretó acertadamente como “se acaba esa y me largo de este pinche lugar”, le avisó a la niña y no le quedó de otra más que despedirse.

Adal, pedísimo, nos dijo que no se podía ir pero que nos acompañaba a tomar un taxi que nos llevara de regreso al hotel, cuando estábamos subiendo al taxi me baje y le dije:

yo: adal, adal
pedazodeidiota: que paso, dime
yo: me das…?
pedazodeidiota: …mi autógrafo? traes pluma?
yo: no loser… lo del taxi… tu dijiste que los llevarías
pedazodeidiota: ah esteeeeeeee… ok…

Y le saqué la lana para el taxi… nomás porque me cayó bastante mal… y porque era un imitador muuuuy malo…

Así que llevamos a la inocente chicuela hasta la puerta de su habitación, y luego nos fuimos a dormir.

Al día siguiente yo moría por regresar a mi casa, alejarme del calor que mantenía mi pie hinchado, y no volverme a encontrar a la niña ni a su familia, capaz que a la mamá se le ocurriría otra ideota como la de la noche anterior, por supuesto no dejé de reclamarles durante un mes a mis papás que me hubieran comprometido a ir, quienes después de conocer la historia, tuvieron que admitir, aguantandose la risa, que está mal ejercer presión.