Alguien me dijo eso hace poco, cuando le conté que tal vez el año pasado lloré todas las lágrimas que podría producir mi cuerpo durante toda mi vida... me preguntó "y no te dan ganas de llorar de repente? aunque sea una sola lagrimita?" no, no me dan ganas...
Me recuerdo llorando por días y noches enteras, llorando hasta vomitar, hasta deshidratarme, hasta agotarme y quedarme dormida, recuerdo que odiaba cuando llegaba alguien y tratando de hacerme sentir mejor me abrazaba y me decía "ya no llores", estas palabras en algún momento resultaron mágicas y un día simplemente ya no lloré.
Creo que esas lágrimas se llevaron todo el dolor, la incertidumbre, el coraje, la debilidad. No solucionarás nada, pero ¡ah! cómo sirve pa desahogar.
Y es que realmente llorar no arregla los problemas, pero es como dormir o soñar, se puede sacar gran parte del estrés que nos aqueja.