domingo, 21 de septiembre de 2008

Triste realidad...

Anoche mi apa nos invitó al cine a mi ama y a mí, la peli empezaba a las 10:45 y eran las 8:10 así que aprovechamos para cenar, como los tres fumamos elegimos un lugar con terraza pa poder echar el respectivo cigarro.

Ya en el restaurante nos sentamos en una mesa en la orilla, y junto había solo una pequeña rejita que separa el restaurante del centro comercial, así que mientras uno come también puede disfrutar el folklórico desfile de la gente que entra y sale de ahí.

El caso es que habiendo casi terminando de cenar, ya echando el café, se acerca una niña con dos blocks en una mano, se sube a la reja y nos dice: “buenas noches me podrían apoyar con una cooperación, es para una casa hogar de niños de la calle…, con su cooperación les dejo un boletito” mi papá le preguntó que cuánto costaba cada boletito y la niña le dijo que 10 pesos, le dimos 30 y le dije que no era necesario que me dejara el boleto y me dijo que me lo dejaba porque ahí venía la dirección de la casa hogar por si algún día queríamos llevar ropa, medicinas, trastes o cualquier tipo de ayuda. Nos dio las gracias sonriendo, y se fue persignándose. Al revisar el boleto recordé una conversación que tuve con cierta persona en la que hablamos de hacer algo por los demás, y cómo yo acababa de dejar ir una oportunidad de hacerlo, así que mientras conversaba con mis papás de esto, no pasó mucho tiempo en que otro niño llegó, este traía dos bolsitas de nopales, lo mismo, se subió a la reja: “Me compra nopales? Lleve una bolsa por 10 o 2 por 15”, luego otro vendiendo dulces y otro más con nopales que quería llevarse hasta el café con todo y la taza, cuando pensamos que ya no había más se acercó otro pequeño como de 9 años con una cajita de chicles, los ojos llorosos y una cara de angustia que nunca había visto en un niño “Me compra chicles?” “gracias chaparrito” “Andele es que si no vendo me van a pegar y hoy no he vendido nada”..., uta! me dio un corajeeeeeee!!!! o sea qué poca madre!!! pensé “claro! Un cabrón que está sentado en una banqueta con su pomo al lado explotando chamacos pa poder seguir chupando!!!!!” le compramos los chicles y se fue. De repente vimos cómo todos estos niños que por cierto, no pasaban de los 10 años, se fueron reuniendo cerca de donde nosotros estábamos y llegaron dos señoras gordas, ninguna tenía tipo de indigente ni de necesitada, contaban a los chamacos y platicaban entre ellas mientras esperaban a los demás. Se los llevaron a un rincón a todos y les pidieron cuentas de lo que habían recaudado.

Después de esto, ¿qué es lo correcto?, puedo hacer como que las señoras realmente están administrando un negocio y que los niños son el equipo operativo, y puedo pensar que no van a la escuela porque esa empresa en la que trabajan les tiene asegurado el futuro, puedo pensar que los niños además son bien tratados con estas personas, que les dan cariño y atención, que cuando no trabajan visten bien, que ven la tele, que juegan y que van de vacaciones, que jamás se tendrán que drogar ni aprender a robar para que no les peguen si no han vendido nada, puedo pensar que si se enferman, las viejas correrán al médico preocupadas por la salud de los niños y no porque estén bien pa que sigan trabajando, puedo imaginar que cada niño tiene su cama y que al acostarse la vieja le cuenta un cuento o por lo menos le dice “buenas noches”, y que por las mañanas y mientras el niño se baña y se disfraza de niño de la calle, la vieja le prepara un desayuno supernutritivo y balanceado, además de darle algo extra pa comer por si le da hambre durante el día, o le da unos 30 pesos pa que se compre un sándwich y un refresco, y que cuando deja al niño en el lugar donde va a “trabajar” le da la bendición pa que venda mucho, podría pensar muchas cosas buenas y hacer como que todo está bien y que no está nada mal darle dinero a estos niños simple y sencillamente porque ese dinero serán bien utilizado en ellos y en su crecimiento y desarrollo. Pero sabemos que esto no es así, que los niños muchas veces, son robados y maltratados, que los obligan a hacer cosas, que cuando crecen se convierten en delincuentes que roban, matan, que si los agarran los meten a la mayor universidad de la delincuencia que es la cárcel y cuando salen ya van mejor preparados, ahora van por más, ahora ya no venden chicles de 8 pesos, ahora cortan orejas y dedos por millones de dólares.

Y no es el hecho de darles o no a los niños, ellos no tienen las herramientas necesarias todavía para salir adelante SOLOS, el problema es el maltrato y la explotación que viven, la necesidad de tener que trabajar y aprender mañas para malcomer y malvivir, y que indirectamente al comprar lo que vendan los niños o al darle dinero cuando lo pidan, se está fomentando que los weyes que los explotan lo sigan haciendo.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Mi primera vez...


El día de ayer, platicando con mi tía, recordé mi primera vez… sip, la primera y única vez que me fui “de pinta” en la secundaria…

Fue por el año de 1994, era una pequeñuela de 14 años, y aunque la escuela no me quedaba muy lejos, el transporte escolar pasaba a recogerme cada mañana en la puerta de mi casita a las 6:30 en una combi amarilla; a esa hora solo íbamos chavos de secundaria, nos dejaban en la escuela en punto de la hora de entrada y la combi se volvía a ir en busca de los chamacos de primaria.

Un buen día de diciembre, íbamos como 12 chavitos, entre ellos tres monas de mi salón y yo, hacía mucho frío así que mientras comenzaban las clases esperamos dentro del vehículo, ah! pero lo que es la ociosidad… planeamos irnos de pinta, si si, ahí frente a la puerta de la escuela, con la monjita parada recibiendo a los alumnos.

El plan A (y único plan) era escondernos bajo los asientos, ya que el conductor no estaba y la monjita estaba muy concentrada en lo suyo, a pesar de ya habernos visto y hasta saludado, cuando el transporte se hubiera alejado de la escuela, salir de nuestro escondite y hacer cómplice al driver y lograr que nos dejara en algún lugar… ¿dónde?, pues ni idea teníamos pero eso nos valía gorro en ese momento, así como el hecho de haber juntado 50 pesotes entre las cuatro, mismos que no nos iban a alcanzar para ni madres según lo que teníamos en mente.

Y así sucedió, nos escondimos, y el vehículo arrancó, después de cómo 5 minutos salimos y obviamente el cuate se asustó, yo creo que porque lo iban a supercagotear por no habernos dejado en la escuela, el caso es que, pasado el susto, hasta nos sugirió lugares a dónde ir y la opción fue ir a desayunar en un centro comercial, hasta nos dejó en la parada del autobús que nos llevaría a ese lugar.

Pues íbamos las 4 sentadas planeando lo que haríamos y el regreso a la escuela, cuando en una avenida que está muy cerca de mi casa hace parada el autobús y suben dos señoras, una de ellas… era mi mamá, el autobús no llevaba muchos pasajeros, así que no pude esconderme, sólo intentar que no me reconociera agachándome para taparme la cara, caray… sin palabras…

Obviamente mi madre me reconoció de inmediato, se acercó y me tocó el hombro y me dijo: “y… a dónde ibas?” noooooooooooo!!!!! los chones me dieron como mil vueltas!!! pero lo peor no fue eso sino que le di la respuesta más pendeja que jamás se me hubiera ocurrido en toda la vida: “no sé”… a lo que ella contestó “mmm… pues yo si sé, vas conmigo”, casualmente iba para el mismo lugar a donde yo iba a ir con las otras 3, quienes por cierto en la primera oportunidad que tuvieron se bajaron del bus las cabronas, me dejaron ahí sola con mi mamá cuestionándome, éramos un equipo, dijimos que si agarraban a una, nos agarraban a todas, muy solidarias nosotras, y pues yo no vi el apoyo así que cuando mi mamá me preguntó sus nombres se los di completitos, yo sabía que mi mamá hablaría a la escuela para avisar que nos había encontrado paseando por la ciudad en horas de clase y con el uniforme puesto, que por cierto era bastante incómodo.

Dicho y hecho, después de haberme invitado a desayunar a Hellen’s, situación que estuvo mil veces mejor que haber seguido con mis planes, de regreso a la casa, mi má habló con la subdirectora y ps le dio el chismesote, ah, pero no me dejó fuera, noo, le dijo “me encontré a 4 niñas, entre ellas mi hija” o seaaaa….. GRACIAS MA!!! todo iba taaan bien, pero se le ocurrió armar pedo, cosa que ps a decir verdad casi no se le da. La verdad no me fue tan mal, digo, no necesitaban reportarme, si mi mamá ya lo había hecho, y en la casa lo único que me dijeron fue lo típico: “si te quieres ir de pinta, avisa” como creen???? eso cambiaría todo, ya no sería divertido, simplemente eso ya no es “irse de pinta”.

Obviamente esto dejo serias secuelas, no lo volví ni siquiera a intentar, hasta la prepa…

Y habiendo pasado algunos años me doy cuenta que cuando uno está puberto o adolescente, cuánta pendejada nos emociona, pero bueno, de este tema estaré hablando después.